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Monasterio de san jose de las batuecas

Desde este deseo surgen las experiencias OASIS, desde la necesidad de crear espacios que posibiliten las condiciones necesarias, para que el joven de hoy pueda encontrarse con el Señor y sea en un acontecimiento que cambie su vida. Desde el equipo encargado de esta experiencia, creemos de verdad que allí dónde esté y cómo esté la persona puede darse el encuentro con el Señor, es decir, vivir una experiencia profunda de Dios, siempre que se pongan los medios necesarios para ello.

El curso pasado comenzamos descubriendo la historia de amor de Dios con cada uno de nosotros y este curso nos hemos atrevido a adentrarnos en la experiencia de sentirte pecador pecado estructural y personal , pero pecador salvado y llamado. Todos íbamos con resistencias porque nos cuesta alejarnos del ruido de la vida, pero el Señor pronto comenzó a sorprendernos. Poco a poco se fueron quitando impedimentos y miedos y nos fue ganando el corazón. Todo esto en un ambiente muy especial: Las Batuecas es un monasterio dedicado a San José perteneciente a la congregación religiosa de los Carmelitas Descalzos situado en plena Sierra de Francia.

En él estaban conviviendo en este momento 5 monjes que llevaban una vida de contemplación, en casi absoluto silencio pero que, como ellos mismos nos contaron, con una vida feliz. Sin duda un lugar idóneo para cualquier persona que quiera salir un poco de su rutina y encontrar algo de paz.

Monasterio carmelita de San José de las Batuecas

Como todos los que creemos en algo, ya sea en Dios o en otra ideología, nos aparecen momentos de dudas y de bajones espirituales. Él fue el primero en quererme tal y como soy y de apoyarme ante todo. De todo esto me di cuenta en el Oasis. Aprendimos a adaptar nuestros momentos de oración a la rutina y a descubrir, o al menos una parte, de qué es lo que Dios quiere para nosotros.

Como dije al principio, fuimos el grupo Jerut los que nos decidimos a vivir esta aventura. No solo somos un grupo de monitores, somos un grupo de referencia en la fe. Si a todo esto: No podía olvidar, para concluir, daros las gracias a todos los que me habéis acompañado en esta experiencia, también a los que solo han podido asistir durante algunos momentos de este fin de semana.

No habría sido igual sin alguno de vosotros. La experiencia del Oasis ha significado mucho para mí. Unos días de tranquilidad, de relax, de poder salir de la rutina diaria y poder tratar diferentes temas que me han hecho darme cuenta de las cosas importantes de la vida. Le he preguntado: A todos nos llama, a cada uno por su nombre, solo tenemos que escucharle. Él ha dado tantas cosas por nosotros que tengo claro que quiero seguirle y poder compartir con otros todo lo que me transmite. Pero nada de esto habría sido posible sin los organizadores del Oasis y sin mi grupo.

Con ellos puedo ser yo mismo y tratar temas que con otras personas me es imposible hablar. Mi experiencia de estos días ha sido muy intensa. Gracias a lo que he vivido y descubierto, he vuelto a casa muy feliz, tranquilo y en paz, ha merecido mucho la pena la experiencia. Para mi pertenecer a Jerut es como estar con mi segunda familia, es ese grupo que he buscado tanto tiempo en mi vida.

Ahora no podría estar sin todos y cada uno de ellos porque cada uno me aporta algo, ese grupo que no sabía que lo necesitaba tanto hasta que lo encontré, son esos amigos con los que si estas mal puedes llorar, con los que si estas alegre puedes reír, y mis acompañantes de la vida de fe, con los que descubro cosas nuevas, rincones y canciones.

Solo me queda darles las gracias a todos y cada uno por que sin ellos sería una persona diferente, os quiero. Como todos, supongo, tengo alguna duda de fe, pero confiando en Dios, se van resolviendo poco a poco. Él tiene un plan para cada uno de nosotros y estoy segura de que ha puesto al grupo de Jerut en mi vida para que lo descubra y sepa llevarlo a cabo. Formo parte de un gran grupo llamado GEN Generación Nueva dentro el Movimiento de los Focolares y participio en la parroquia de La Purísima, donde me confirmé en noviembre; sin embargo, Jerut es mi grupo de referencia en la fe.

Gracias a ellos me siento acompañada en mis creencias y valores y he conocido personas que realmente merece la pena. Personas con las que puedo compartir todo lo que me pasa como si les conociera de toda la vida. Con ellos he compartido risas, bailes, silencios, lagrimas,…; pero guardo todos esos momentos como muy buenos recuerdos. Pero esto no sólo ocurre en el grupo de monitores, sino también con los niños en el campamento. Por Alfonso Cabañas. Primera parte: Durante casi dos décadas estuve sumergido en diferentes grupos de practicantes de meditación, sobretodo de las tradiciones induistas y budistas.

Estos anhelos espirituales me llevaron a realizar varios viajes por India y Nepal, aprendiendo de diferentes maestros. Recorrí la ruta del Camino de Santiago descodificando su simbología sagrada oculta. Observé mis pensamientos, mis emociones, mi dolor y mi respiración hasta llegar a conocer las sensaciones de mi cuerpo y el paisaje de mi mente tan bien como el salón de mi casa.

Llegué a experimentar momentos y experiencias muy profundas, sin embargo nunca duraban. Igual que el hambre vuelve tan sólo unas horas después de un banquete o la sed que aparece al poco de haberla saciado, la experiencia de la plenitud quedaba limitada por el tiempo.

Había siempre algo que faltaba. Nunca imaginé que sería aquí, a 5 horas en coche de mi casa, en un monasterio carmelitano del valle de las Batuecas, donde por fín encontraría la pieza que me faltaba para completar el puzzle. Segunda parte: Lo visible. Lo segundo fue la convivencia silenciosa entre los monjes y el grupo de huéspedes.

Desierto de San José de las Batuecas – Monasterio de las Batuecas Carmelitas Descalzos

Lo tercero que me llamó la atención es la cantidad de tiempo que tenía para aburrirme. Pura tontería. Obtener algo, hacer algo. A veces en Batuecas me siento raro cuando no estoy haciendo nada pero si me dejo llevar me encuentro de improviso con el vacío creativo. Con frecuencia experimento toques de inspiración que llegan de alguna fuente misteriosa. Por eso aquí también disfruto escribiendo o desarrollando nuevas ideas para mis clases.

Ahora parece que hay una pequeña zona de unos pocos metros cuadrados dentro del edificio principal donde sí llega la cobertura. Recomiendo al que vaya que sólo lo use en caso de extrema necesidad. Una de las mejores cosas que uno puede hacer cuando entra en un lugar como Batuecas es apagar el móvil y no encenderlo durante días. Lo siguiente que me fascinó fue descubrir cómo desde el siglo XVI, comunidades de carmelitas desarrollaron en este lugar una espiritualidad muy particular, basada en una vida centrada en Dios, en la sencillez y en la vida contemplativa eremítica.

Tercera parte: Lo invisible.

Portal de Turismo de la Junta de Castilla y León

Son las 7 de la tarde y el sonido de la campana, por segunda vez en el día, vuelve a llamar a la oración. En la oración comenzamos recitando en voz alta lo siguiente: Oseas 2, San Juan de la Cruz, A continuación la oración deja de ser oral y se transforma en un hermoso silencio que dura una hora. Ese silencio ambiental se va transformando en un silencio sereno de la mente que comienza a envolverlo todo. Sin hablar, sin pronunciar, como si fuera un suave susurro, el silencio comienza a hacer todo el trabajo. Esta frase del Antiguo Testamento que recitamos antes de cada oración, sintetiza lo que para mí significa este santo lugar, que es ante todo un lugar para el encuentro a solas con Dios.

Así lo experimento: Es Dios quien toma la iniciativa y me lleva. Es en este entorno desértico donde escucho un suave susurro de presencia amorosa que no proviene de la mente si no del corazón.

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Igual que en lo visible la creatividad es una cualidad inherente al silencio, en lo invisible también. Por eso cada vez que voy a la oración y me siento en silencio es diferente. Cuarta parte: El regreso.

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Cuando por fín he dejado a Dios trabajar en mí he comprendido muchas cosas. La película ya no giraba en torno a mí si no que Dios había pasado a ocupar el primer plano. Comencé a percibir un contraste brutal entre lo que había experimentado en Batuecas y lo que me mostraban la tele y los medios de comunicación. La cantidad de violencia que emiten las noticias, el grado de degradación, retorcimiento y perversidad en las series de televisión, en las películas, en las letras de las canciones, hasta en los dibujos infantiles.

La Historia del Desierto Carmelita de Batuecas Pablo Veloso

Empecé a darme cuenta de toda la manipulación que ahí existía. Quinta parte: El despertar. Somos presa de un programa de control mental masivo. Hoy, una pequeña comunidad de frailes Carmelitas, mantiene viva la llama de la vida contemplativa en este Desierto de Batuecas, un lugar que es en la actualidad, también, un espacio de acogida para todos aquellos que quieren acercarse a vivir un tiempo de silencio.

El conjunto se dispone en torno a la iglesia, situada en el centro del espacio delimitado por el claustro. Los religiosos regresaron al monasterio a mediados del pasado siglo, momento en que se hicieron algunas modificaciones en la configuración del conjunto. El Desierto carmelita de Batuecas dispone de una hospedería. Con ella se pretende que las personas que acudan a pasar un tiempo, participen del ambiente contemplativo del monasterio. Es una forma de ofrecer a todos aquellos que tienen una necesidad de soledad y silencio un lugar para poder encontrarse con Dios o consigo mismos en un ambiente natural inigualable.